La Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética establece que las empresas estarán obligadas en 2023 a reducir su huella de carbono. De esta manera, España trata de cumplir con los objetivos establecidos para luchar por la reducción de las emisiones de CO2.

Hasta el momento, el registro de la huella de carbono era voluntario para la mayor parte de empresas españolas. Sin embargo, tras la entrada en vigor de la mencionada ley, se estableció el plazo de un año para la publicación de las empresas que deberán calcular y registrar sus huellas de carbono en 2023, pasando de una medida voluntaria a obligatoria.

Empresas obligadas a calcular su huella de carbono

Las empresas obligadas a calcular su huella de carbono para minimizar sus emisiones de CO2 serán aquellas que cumplan con las siguientes características:

  • Las empresas con más de 50 empleados.
  • Las empresas con una facturación superior a los 10 millones de euros.
  • Las empresas que operen de forma parcial o total en Baleares.

Aunque el cálculo de la huella de carbono hasta ahora no es obligatorio para todas las empresas, es el primer paso para conocer su impacto y comenzar con las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Calcular la huella de carbono de una empresa

El cálculo de la huella de carbono de una empresa es sencillo: se multiplica el dato de consumo de energía (dato de actividad) por su correspondiente factor de emisión. El dato de actividad es el parámetro que define el nivel de actividad generadora de emisiones de GEI y se divide en tres tipos de alcance:

  • Alcance 1: Emisiones directas. Asociadas a aquellas actividades de la organización que están bajo su control (consumo de combustibles en los edificios y vehículos, fugas de gases refrigerantes…)
  • Alcance 2: Emisiones indirectas. Ligadas al consumo energético de la organización (compra y consumo).
  • Alcance 3: Otras emisiones indirectas. Generadas por consecuencia de la actividad de la organización, como viajes de trabajo con medios de transporte ajenos, servicios subcontratados, compra de productos…

Reducir la huella de carbono en una empresa

Tras el cálculo de la huella de carbono y una vez conocido el nivel de emisiones producidas, se debe diseñar un plan para su reducción a través de diferentes estrategias. Además, las medidas implantadas pueden generar beneficios en materia de ahorro energético y económico para la organización.

La Unión Europea establece una serie de recomendaciones para reducir la huella de carbono de las empresas:

  • Inscribirse en registros de huella de carbono.
  • Reducir el uso y consumo de energía, materias primas y productos.
  • Programar la desconexión y apagado automático de los equipos.
  • Compensar la huella de carbono a través de proyectos de absorción de CO2.
  • Contratar energía de fuentes renovables.
  • Cambiar el uso de gases refrigerantes por otros con menor potencial contaminante.
  • Emplear bombillas de alta eficiencia energética.
  • Promover el teletrabajo para reducir el número de horas de los empleados en las instalaciones, así como adaptar su movilidad al centro de trabajo.
  • Establecer un abastecimiento sostenible con proveedores que también calculan y registran su huella de carbono.
  • Desarrollar un Proyecto Clima del Fondo de Carbono para una Economía Sostenible.

Compensar la huella de carbono de una empresa

Las empresas que tras calcular su huella de carbono y reducir sus emisiones deseen ir más allá, pueden compensar las emisiones que no pudieron evitar en la segunda etapa. De esta manera, existen tres tipologías principales de proyectos para la compensación de emisiones, a través de la compra de créditos de carbono.

Los proyectos tienen como objetivo reducir las emisiones de CO2 a través del impulso de las energías renovables: implantación de plantas solares fotovoltaicas, generación de energía eólica o hidroeléctrica, recolección y utilización de biogás… Para lograr la neutralidad de carbono, la financiación de los proyectos medioambientales deberá corresponder a la cantidad de CO2 producida.

Calcular la huella de carbono supone el primer paso para reducir y compensar los gases de efecto invernadero emitidos por tu empresa. Te permite, además, adelantarte a las actuales y futuras normativas en materia de sostenibilidad y cumplir con los objetivos propuestos.

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